Las VII Jornadas de plástica teatral empiezan este jueves 25 de septiembre con la conferencia y demostración en directo – Mario Ville y Raquel Mata (CTE)
La conferencia “Rito y tradición en los afeites y maquillaje de escena” ofreció un recorrido histórico, simbólico y técnico sobre el uso del maquillaje —o afeite, término más antiguo— en diversas culturas y épocas. A través de una combinación de exposición teórica y demostración en directo, Mario Ville y Raquel Mata abordaron el vínculo entre ritos sociales y religiosos y sus expresiones estéticas en el rostro.
¿Qué es un rito?
La charla comenzó con una clasificación de los distintos tipos de ritos:
- Rito émico: forma de rito comprendida desde dentro de la cultura que lo realiza, con un significado específico para sus participantes.
- Rito ético: observado desde fuera, con mirada antropológica o académica, sin necesariamente compartir el sistema de creencias.
- Ritos de paso: marcan transiciones importantes en la vida de una persona (nacimiento, pubertad, matrimonio, muerte).
- Ritos litúrgicos: relacionados con lo sagrado, muchas veces repetitivos y con una función espiritual o religiosa.
Desde una perspectiva ética, se exploró cómo estos ritos han estado históricamente acompañados de prácticas de maquillaje ritual, con una evolución que comienza ya en el Neolítico.
Historia simbólica del maquillaje
Neolítico
Las primeras evidencias del uso del maquillaje aparecen asociadas a la identidad personal y la clase social. Los pigmentos faciales marcaban el estatus dentro del grupo y podían tener funciones rituales o ceremoniales.
Mesopotamia
Aparece el uso del kahl, un pigmento oscuro extraído de un mineral escaso y costoso. El maquillaje se convierte en un símbolo de poder elitista.
Egipto
Los egipcios democratizan la práctica al emplear wadj, un pigmento derivado de la malaquita, más accesible.
Se instaura un código de color simbólico:
- Oro / amarillo: sofisticación, aspiración de belleza ideal
- Blanco: pureza
- Negro: color más usado, ligado a la tierra fértil del Nilo
- Azul y verde: colores reservados a ocasiones especiales, por el alto coste de sus pigmentos
También se estandarizan formas visuales, como las líneas de ojos y cejas, que transmiten mensajes estéticos y culturales.
Grecia clásica
Con la llegada del psimythion, un producto compacto, se facilita el uso diario del maquillaje.
Hasta este punto, el maquillaje se utilizaba principalmente como muestra de ostentación y estatus.

Helenismo
En esta etapa, aparece la noción de cosmético (del griego kosmētikos, que significa “relativo al adorno” o “que da orden o armonía”), y con ella, una estética más discreta y armoniosa. Se introducen colores más pastel y sutiles, alejados del exceso.

🏰 Edad Media
Durante la Edad Media no se registran grandes innovaciones en técnicas de maquillaje. Sin embargo, en el teatro profano, especialmente en representaciones callejeras y festividades populares, se produce un importante desarrollo de la máscara como recurso dramático y simbólico.
La transformación del rostro en escena se basaba menos en el maquillaje y más en elementos externos, como caretas y prótesis, capaces de construir personajes arquetípicos ante públicos muy diversos.
Barroco
El periodo barroco introduce una notable bifurcación estética en el uso del maquillaje:
- En las clases altas, predomina la búsqueda de la “preciosité”, un ideal de belleza refinada y exagerada. Se aplica un maquillaje muy pálido y nacarado para blanquear la piel —símbolo de nobleza y alejamiento del trabajo manual—. Comienzan a utilizarse carmines oleosos para labios y mejillas, intensificando el contraste con la palidez del rostro.
- En el teatro, el maquillaje se vuelve más exagerado, ostentoso y expresivo, acorde con el gusto escénico de la época.
Uno de los elementos más curiosos y característicos del barroco es la aparición de los lunares adhesivos o “moscas”: pequeñas piezas decorativas que se colocaban en el rostro no solo por estética, sino con significados codificados (por ejemplo, una mosca cerca de los labios podía indicar coquetería, mientras que sobre la mejilla podía sugerir misterio o deseo).
Estos códigos se completaban con el uso del abanico, cuya forma de uso también transmitía mensajes sociales y personales, generando un lenguaje visual no verbal dentro y fuera del escenario.
Clasicismo
Durante el Clasicismo, el ideal de belleza se inclina hacia una imagen más angelical, pura y equilibrada, especialmente entre las clases altas.
Surge el maquillaje de día conocido como “grand aube”, que buscaba dar un aspecto natural, luminoso y sereno, suavizando las líneas del rostro sin renunciar al uso de polvos y color.
Aunque más contenido, este tipo de maquillaje sigue cargado de intención simbólica y responde a una noción de armonía clásica que influye también en las artes escénicas y visuales del momento.
Conclusión
El maquillaje ha sido —y sigue siendo— una herramienta de expresión ritual, social y estética. Desde sus inicios en el Neolítico hasta su presencia en culturas contemporáneas, ha servido para marcar jerarquías, estados de ánimo, creencias y roles. Esta charla reveló cómo, a lo largo de la historia, el maquillaje no solo embellece, sino que comunica, transforma y conecta con lo sagrado.