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Elementos escénicos de los Teatros Nō y Kabuki de Japón con Julián Herrero Muñoz

Dentro del programa de las VII Jornadas de Plástica Teatral, el investigador y escenógrafo Julián Herrero Muñoz ofreció una ponencia profunda y academicista bajo el título:
«Elementos escénicos de los Teatros Nō y Kabuki de Japón y Topeng de Bali».
En este resumen nos centraremos en su análisis de los teatros tradicionales japoneses Nō y Kabuki, dos formas escénicas que, pese a su antigüedad, siguen siendo una fuente inagotable de aprendizaje para la escena contemporánea.


Más allá de lo visual: lo simbólico como lenguaje escénico

Herrero abordó el teatro japonés no solo como forma artística, sino como sistema simbólico completo, donde cada elemento —desde la arquitectura del espacio hasta el más mínimo gesto del actor— está cargado de significado.
En estos teatros, la plástica escénica no es solo decorativa, sino narrativa: cuenta, evoca y conecta con lo espiritual, lo ritual y lo cultural.


Teatro Nō: minimalismo cargado de sentido

En el Nō, lo escénico se construye desde la austeridad y la estilización. Julián destacó:

  • El uso del espacio vacío como lugar de poder, donde cada paso y cada objeto tienen peso.
  • Las máscaras Nō: no solo ocultan, sino que canalizan emociones arquetípicas.
  • La indumentaria ceremonial, con tejidos pesados y bordados simbólicos, que amplifican la presencia escénica del actor.
  • El papel central de la música, no como acompañamiento, sino como guía del ritmo interno de la representación.

Todo ello genera una experiencia escénica donde el tiempo se ralentiza, y la atención del espectador se agudiza.


Kabuki: exuberancia visual y dinamismo teatral

Frente al Nō, el Kabuki se presenta como un teatro más popular y espectacular, donde lo plástico se convierte en puro despliegue de color, movimiento y artificio:

  • Escenografías móviles e ingeniería escénica sofisticada, como plataformas giratorias y trampillas.
  • Maquillaje (kumadori) y pelucas exageradas, donde el dibujo del rostro codifica el carácter del personaje.
  • Un uso del vestuario que roza lo escultórico, con capas múltiples que transforman al actor en escena.
  • Objetos escénicos como abanicos, espadas o telas que multiplican el sentido simbólico de la acción.

Lo plástico como vehículo de lo espiritual

En ambos casos, Herrero subrayó que los elementos escénicos no son meros adornos, sino estructuras visuales con función simbólica, narrativa y ritual.
Estos teatros, en apariencia tan lejanos, ofrecen una lección valiosa para la creación escénica actual:

«La biomecánica de Meyerhold ya la habían descrito los japoneses cientos de años antes».


Conclusión

La ponencia nos invitó a mirar hacia Oriente no desde la exotización, sino desde el respeto profundo por una tradición que entiende el teatro como síntesis de las artes, y donde lo plástico es inseparable de lo poético y lo humano.

Una intervención que recordó al público la importancia de volver a mirar el gesto, el color, la textura y el espacio con otros ojos.

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